lunes, 18 de julio de 2016

¿Quién me lo iba a decir? de Mercedes Perles

Hoy os traigo una novela romántica con mucha erótica. De esas que lees sin tener que pensar mucho. "¿Quién me lo iba a decir?", de Mercedes Perles, obtuvo el X Premio de novela romántica Terciopelo. Con 235 páginas en papel, es rápida, fresca y con sus momentos divertidos.

Esta es la historia de Ángela contada por ella misma. Una joven de casi treinta que trabaja para una fábrica de calzado. Está un poco loca y, según la reseña es temperamental (yo diría que necesita una buena terapia para tratar sus arranques de ira).
Hace poco que lo ha dejado con su prometido, y aprovecha sus vacaciones de verano para pasar unos días con prima Feli en Valencia, que juntas se ve que son una bomba. Allí conoce a Ian, que le dará un verano... caluroso.

Cuando iba por el tercer capítulo no podía parar de leer, incluso sin haber avanzado más ya la recomendaba. Ahora que la he terminado no sabría qué decir... empezaba muy bien, tenía muy buena pinta, pero para mi gusto el último tercio del libro ha sido demasiado rebuscado. No vuelvo a abrir la boca hasta terminar la novela.
Tampoco es que haya una evolución en la pareja, ella sigue siendo tan explosiva como al principio y él igual de posesivo (cuando empiezan con el "eres mía", ya me huele mal).
Y sí, seré de las pocas a las que no les guste Ian. La forma en que se conocen me encanta, incluso al principio pensaba que era el hombre ideal. Pero poco a poco empezó a parecerme demasiado posesivo, todo lo planeaba él, incluso Ángela decía que era muy cómodo porque no tenía que pensar en qué iban a hacer, lo dejaba todo en manos de él. Demasiada dependencia veo en esta novela...

La parte erótica es muy explícita, da buenas ideas ;) pero no me ha hecho vibrar como en otras ocasiones. Lo he leído como quien lee que está lloviendo.
Quizás también es porque el exceso de exclamaciones me sacaba un poco de la lectura. Y que no entendía el genio de Ángela, qué le habrá hecho el mundo para ser así de maleducada, borde y explosiva.
Otra cosa que me ha chirriado es el uso de "morriña" como sinónimo de "modorra". Serán manías de gallega, pero la morriña es añorar, no tener sueño después de comer... y he acabado un poco saturada de expresiones como "fundir los plomos".

En cualquier caso, la portada es perfecta para el verano, al verla dan ganas de leerla comiéndose un helado. Y no se puede negar, es perfecta para este libro. 

Podéis seguir a Mercedes Perles en las redes sociales y en su blog: mperlesescritora.

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